El dióxido de titanio es el pigmento blanco más utilizado debido a su brillo y su índice de refracción muy alto, en el que sólo es superado por algunos otros materiales. El TiO2 también es un opacificante eficaz en forma de polvo, donde se emplea como pigmento para proporcionar blancura y opacidad a productos como pinturas, revestimientos, plásticos, papeles, tintas, alimentos, medicamentos (es decir, pastillas y tabletas), así como a la mayoría de las pastas dentales. .
En pintura, a menudo se lo conoce como "el blanco perfecto", "el blanco más blanco" u otros términos similares.
En los esmaltes cerámicos, el dióxido de titanio actúa como opacificante y favorece la formación de cristales.
Se ha demostrado estadísticamente que el dióxido de titanio aumenta la blancura de la leche desnatada, lo que aumenta la puntuación de aceptación sensorial de la leche desnatada.
El dióxido de titanio se utiliza para marcar las líneas blancas de algunas canchas de tenis.
